La filosofía educativa se fundamenta en el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el cual se establece que la educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y la justicia. Además será laica y se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa y, considerando los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
Por otra parte, será democrática, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. Asimismo, será nacional, en cuanto –sin hostilidades ni exclusivismos- atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura.
Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos.
Se puede inducir que la filosofía de la educación, su metodología y epistemología establecen las relaciones entre los individuos y su ambiente; en consecuencia, aborda todo lo que tiene que ver con los valores y principios que la sustentan; en otras palabras se consideran los impactos que la educación ejerce sobre la sociedad y el ambiente natural. En este sentido, la educación es el principal instrumento, para promover el desarrollo humano y el conocimiento científico y técnico.
El informe de la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, señala: “Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social”.
Las políticas educativas deben ser un proceso permanente de enriquecimiento de los conocimientos, de la capacidad técnica y orientadas a una estructura que privilegie a la persona y las relaciones entre individuos, entre grupos y entre naciones; en este aspecto estas políticas deben contribuir a un mundo mejor, a un desarrollo humano sustentable, al entendimiento mutuo entre los pueblos y a una renovación de la democracia.
Ante esta perspectiva, es conveniente revalorizar los aspectos éticos lógicos, estéticos y culturales de la educación así como el paso de una sociedad de la información a una del conocimiento; la educación al servicio del desarrollo humano, económico y social; reconsiderar la nueva división o lugar del trabajo y actualizar el concepto de educación durante toda la vida.
En este orden de ideas, se debe reflexionar sobre un nuevo modelo de desarrollo, que sea más respetuoso con la naturaleza y con el ritmo humano; esto implica una nueva relación entre la política educativa y las políticas de desarrollo, con el objeto de fortalecer las bases del saber teórico y técnico, impulsando la iniciativa, el trabajo en equipo, las sinergias realistas en función de los recursos locales, el autoempleo y el espíritu emprendedor.
El uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito educativo, facilita el acceso al conocimiento mundial. Por otra parte, diversifica y mejora la educación abierta, a distancia y virtual, en el marco de la educación de adultos y de la actualización de docentes, profesionistas y de la sociedad en general; asimismo son un apoyo importante en la educación escolarizada para docentes y alumnos, y permite la recuperación de los alumnos reprobados o desertores.
En general, estas tecnologías bien utilizadas pueden ser un instrumento fundamental en la educación permanente o la llamada educación para toda la vida. En el informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, se estableció que la educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.
Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias. Lo que supone además: aprender a aprender para aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
Aprender a hacer, a fin de adquirir no solo una calificación profesional sino, más generalmente, una competencia que capacite al individuo, para hacer frente a un gran número de situaciones y a trabajar en equipo. Asimismo, aprender a hacer en el marco de las distintas experiencias sociales o de trabajo que se ofrecen a los jóvenes y adolescentes, bien espontáneamente a causa del contexto social o nacional, bien formalmente gracias al desarrollo de la enseñanza que permite alternar el estudio con el trabajo.
Aprender a vivir juntos, desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia, respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.
Aprender a ser, para cultivar mejor la personalidad y propiciar condiciones para obrar con capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal, sin menospreciar en la educación ninguno de los talentos de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, competencias, habilidades y aptitudes para comunicar, entre otras.
Retomando los conceptos enunciados en párrafos anteriores, se establecen los siguientes lineamientos, como parte del sustento para elaborar los valores, misión y visión de la UPLC:
* El saber para generar y aplicar el conocimiento científico, humanístico y tecnológico.
* El hacer para adquirir competencias profesionales.
* El ser para fomentar valores y actitudes.
* El innovar para desarrollar la creatividad.
Fuente: Programa Institucional de Desarrollo 2011-2017.
